Pasos y aplicación del método científico en situaciones cotidianas

El método científico, es un método de estudio sistemático de la naturaleza que incluye las técnicas de observación, reglas para el razonamiento y la predicción, ideas sobre la experimentación planificada y los modos de comunicar los resultados experimentales y teóricos.

El método científico es un método de investigación que se usa principalmente en la ciencia. Consiste en una serie de pasos y su principal objetivo es resolver un problema. Lo que muchos no sabrán, es que este método científico lo empleamos continuamente en nuestro día a día. Si bien es cierto que lo hacemos sin darnos cuenta, conviene saber cómo aplicar el método científico en la vida cotidiana, pues puede ayudarnos muchísimo a resolver determinados episodios cotidianos.

Pasos del método científico:

Problema

Recuerda que para poder aplicar el método científico debes llegar al problema esencial y dejar a un lado las consecuencias; es decir, si no pudiste terminar tu trabajo porque la computadora se apagó y no pudiste volver a encenderla, el problema no es no haber terminado tu trabajo; sino el problema real es que la computadora se descompuso.

Hipótesis

Formular una hipótesis que pueda explicar las posibles causas del problema y cuál podría ser la solución. Trata de recordar cada detalle que originó el problema para saber si hay un patrón determinado o se evidencia la posible causa del problema.

Comprobación de la hipótesis

Prueba tu hipótesis desarrollando un ambiente experimental que te ayude a comprobar tus planteamientos iniciales.

Conclusión

Una vez que has obtenido una conclusión sobre si la hipótesis que formulaste ha sido o no correcta ahora trata de formular resultados concretos desde una perspectiva objetiva, recuerda que si te equivocas en una primera hipótesis solo debes formular una nueva y así sucesivamente hasta encontrar la correcta que te ayude a resolver el problema.

Aplicación:

1. Lo primero que debemos hacer es identificar el problema y describirlo al detalle. Puede ser, por ejemplo, que el ordenador no funcione o que no tengamos luz en casa. Una vez identificado el problema, lo que haremos será hacer observaciones sobre este incidente. Se trata de aportar datos. En este caso podríamos preguntarnos cuantas veces nos ha pasado previamente, qué soluciones hemos puesto previamente, dónde creemos que está el origen del problema, etc.

2. Tras recolectar una serie de datos, algo que haremos de forma casi instintiva, formularemos nuestras primeras hipótesis para intentar dar una explicación de la causa de este problema. Seguramente, si el apagón de luz es en toda la calle, es un apagón generalizado y por tanto se debe a una avería. Pudiera ser también, que nuestro ordenador no funcionara debido a que hay mal conectado un cable.

3. Tras dar nuestra hipótesis, tendremos que probar dicha hipótesis mediante la experimentación. Es decir, podemos llamar a la compañía de luz para preguntar si hay efectivamente una incidencia o avería y cuánto tardará en solucionarse. En el caso del ordenador, podemos tomar el cable y conectarlo bien.

4. Si la experimentación da la razón a nuestra hipótesis, tendremos el problema resuelto. Si, por el contrario, no da la razón a nuestra hipótesis, tendremos que plantear una nueva hipótesis y experimentar con ella para ver si finalmente solucionamos el problema.